Tenemos claro que el objetivo de todos nosotros es asegurar, en las mejores condiciones, la continuidad del negocio en un escenario incierto, en cuanto al tiempo y a las consecuencias. Por ello, será obligado anticipar medidas de protección y asegurar el acceso a la liquidez necesaria para continuar con la actividad en el proceso de “hibernación” y en el de “relanzamiento” de las operaciones.
El sistema financiero puede ayudar mejor ahora que en la crisis de 2008: es más fuerte y es previsible que las medidas que tomen los bancos centrales contribuyan a amortiguar la caída.
Por todo ello, deben adoptarse medidas enfocadas a una adecuada gestión de la tesorería:
- Realizar previsiones de tesorería: considerando diferentes escenarios previsionales: a dos, a cuatro y a seis meses, tratando de cuantificar el tamaño futuro del mercado y la recuperación de la demanda de mi empresa.
- Gestionar eficientemente cobros y pagos: Seguimiento diario de cuentas a cobrar/pagar, poner el foco en la caja frente a los márgenes. Tratar de acompasar flujos de pagos y cobros.
- Optimizar gastos de personal: Limitar el coste de personal y flexibilización del mismo (ERTE, vacaciones anticipadas, bolsa de horas, …).
- Reducir Capex y niveles de inventario: Detener inversiones innecesarias o de expansión. Analizar los costes de mantenimiento frente a la reposición. Mantener los niveles de stock en los necesarios.
- Apalancarse en clientes y proveedores clave: Apoyo financiero a través de negociación de términos de pago/cobro. Analizar contratos con clientes y proveedores.
- Limitar gastos no necesarios: Revisión de los procesos de compra. Ajuste de las retribuciones no críticas.
- Convertir costes fijos en variables: Suspender temporalmente arrendamientos relevantes. Escalar los costes a los niveles de actividad.
- Aplazamiento de deudas: Adoptar decisiones sobre el pago o aplazamiento de las deudas con Hacienda y la Seguridad Social, en caso necesario.
- Financiación externa: Siempre que se crea conveniente tratar de obtener financiación bancaria, prestando especial atención a condiciones, garantías, plazo de tramitación, así como a las ayudas oficiales disponibles:
- Entidades de crédito con aval del ICO del 80% para pymes y autónomos y 60/70% para el resto: Más información
- Ayudas del IGAPE: Más información

Conviene revisar las pólizas que hayamos suscrito y, concretamente, verificar que cubren y que no -la gran mayoría de pólizas no alcanzan a supuestos de fuerza mayor– y ver los procedimientos y el plazo para comunicar en forma daños potenciales, si fuese el caso.
Seguros de Daños:
- Pérdidas pecuniarias diversas (e.g. pérdida derivada de la reducción de los ingresos empresariales; gastos imprevistos tales como limpieza o desinfección ocasionada por el COVID-19).
- Responsabilidad civil (e.g. responsabilidad civil de la empresa o sus directivos como consecuencia de no haber tomado medidas de prevención de la enfermedad y ante la falta del deber de diligencia de los administradores).
- Asistencia (e.g. repatriación de empleados afectados por el COVID-19).
- Defensa Jurídica (e.g. apoyo legal a la empresa en relación con las demandas derivadas del COVID-19).
- Crédito (e.g. cobro de las deudas existentes a favor de la empresa como consecuencia del impacto que han sufrido los proveedores por el COVID-19).
- Todo Construcción (e.g. gastos derivados de la paralización de las obras de construcción).
- Cyber (e.g. ataques cibernéticos aprovechando la coyuntura actual).
Seguros de Personas:
- Vida (e.g. fallecimiento de los empleados como consecuencia del COVID-19).
- Accidentes (e.g. incapacidad temporal de los empleados generada como consecuencia del aislamiento o contagio del COVID-19).
- Enfermedad o asistencia sanitaria (e.g. asistencia médica de los empleados que requieran análisis o tratamiento facultativo del COVID-19).