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¿Cómo mejorar empresas en crisis o con problema de liquidez?

La disminución de las actividades y de la facturación de las empresas, y, consecuentemente, la entrada en una posición de desequilibrio económico financiero, con serias dificultades para continuar las actividades comerciales y empresariales.

Para las compañías que entraron en esta etapa fortalecidas financieramente, estas pérdidas y situación han supuesto un contratiempo serio, pero eventual y remontable. En cambio, para las empresas que venían afrontando resultados negativos y un endeudamiento importante, estos contratiempos pueden suponer un gran colapso y verdaderos problemas para afrontar la continuidad, pudiendo verse abocadas a la entrada en concurso de acreedores y/o a su propia liquidación.

Ante dicha situación de crisis empresarial, muchas compañías han acometido reducciones generalizadas de gastos, se han acogido a regulaciones temporales de empleo de la mayor parte de la plantilla de personal o la obtención de préstamos subvencionados y otras ayudas públicas en forma de subvenciones.

En general, las regulaciones temporales de empleo han abarcado a todas las áreas de la empresa, incluyendo al personal de los departamentos de administración, financiero y contabilidad. Todo esto ha tenido implicaciones muy importantes, principalmente en las pequeñas y medianas, al haberse sobrepasado, en bastantes casos, los límites convenientes en la regulación de la plantilla, no disponiéndose de las personas mínimamente necesarias en dichas áreas para el tratamiento y la preparación de información para la toma de decisiones.

Esto ha provocado que la información contable y extracontable de muchas compañías no se encuentre disponible y cuenten con una ausencia de cuentas anuales de su último ejercicio de forma puntual, además de la imposibilidad de poder poner todo ello a disposición de los auditores externos para que puedan acometer los correspondientes trabajos de auditoría. Todo esto dilata la obtención del respectivo informe de los auditores, herramienta necesaria, más que nunca, para poder acreditar la situación económica y financiera y los resultados ante terceros, además de un documento vital para poder tener acceso a las ayudas europeas, estatales y de las comunidades autónomas correspondientes, tan necesarias en esta época.

Con esta situación nos damos cuenta de la importancia de mantener al personal necesario en las áreas de administración y financieras, para poder disponer de esta valiosa información y documentación puntual de cuentas anuales y, consecuentemente, del informe de los auditores.

Sin información de calidad no se pueden tomar decisiones acertadas y en tiempo real, tanto por la dirección de la empresa, como por terceros interesados en la misma. En momentos de crisis, las decisiones basadas en la sola intuición pueden llevar a cometer errores con consecuencias irreparables.

No menos importante es someter puntualmente las cuentas anuales del ejercicio concluido a los trabajos de auditoría externa, con el objetivo de obtener el necesario informe de auditoría de forma objetiva e independiente. En momentos de crisis, con la paralización de actividades, la aparición de operaciones y circunstancias no habituales y la obtención -en muchos casos- de resultados desfavorables y otros aspectos adversos, se producen fluctuaciones en el registro y en la uniformidad de la información, por lo que la intervención del auditor supone una aportación  de calidad y de eficiencia en la verificación de todo ello y es una pieza clave para dar transparencia informativa y credibilidad a las cuentas anuales emitidas por la entidad.